lunes, 29 de agosto de 2016

Las primeras solicitudes Parte II. 1871

El Tranvía de Gómez de Ruverte
La primera noticia sobre el establecimiento de un tranvía en Zaragoza se remonta al año 1871, año en que D.  José Gómez Ruverte, zaragozano residente en Londres, de quien no tenemos muchos más datos salvo que era representante de una casa comercial en dicha ciudad inglesa y habría estudiado Administración, presenta un proyecto para la construcción y explotación de “un tranvía o ferrocarril americano movido por fuerza animal” para el transporte de viajeros y mercancías, con el objetivo de comunicar las estaciones de ferrocarril y los sitios de recreo de Torrero y Casablanca.
La azarosa historia de esta concesión es un buen ejemplo de lo que ha sido y es en nuestro país la constitución de empresas y la burocracia que ello conlleva.
El Sr. Ruverte, presenta su solicitud ante el Ayuntamiento y desde ese momento se crea un expediente que pasará por las manos del propio Ayuntamiento, la Diputación Provincial, la Junta de Agricultura, Industria y Comercio, la Comisión Provincial, la Junta de Obras Públicas y el Arquitecto provincial. Aproximadamente siete meses estuvo el expediente dando vueltas por los despachos de la administración hasta mayo de 1871, cuando se le adjudica la concesión para 50 años.


El carril era un simple perfil metálico de  70 mm de sección circular e iba apoyado sobre sencillas traviesas de metal y madera. El ancho de vía era el internacional de 1435 mm.
El argumento utilizado recurrentemente por Gómez de Ruverte para basar su solicitud parece lógico, y  es que lo consideraba un importante adelanto social y un moderno descubrimiento, que respondía a las necesidades del momento:
 impulsados por la fuerza del vapor las “vallas” internacionales no son ya hoy una rémora al contacto de las diferentes razas que pueblan el globo y si esto sucede entre pueblos que tantos miles de kilómetros los separan, con más razón habremos de venir a confesar que son urgentes en las relaciones de los mismos pueblos”….”es un transporte seguro, fijo y económico que los pueblos han adoptado en sus relaciones entre sí, y esta mejora pública ha tomado y toma de vía en vía tal movimiento que ya no se puede dudar que su instalación en las ciudades son una prueba irrecusable de su valor y consideración higiénica, industrial y social”
La mala fortuna hizo que José Gómez Ruverte perdiese los papeles oficiales que le había facilitado el Ayuntamiento y se viese obligado a pedir una copia de los datos que había solicitado. Estos datos figuran en el expediente de la concesión y nos dan unas pequeñas pinceladas de la Zaragoza de 1871.
Según la certificación extendida por D. Manuel Cándido Reynoso, por aquel entonces Secretario del Ayuntamiento de Zaragoza:

Certifico: que de los antecedentes que obran en la Secretaría de mi cargo, resultan entre otros datos estadísticos los siguientes:

1º- Que los habitantes de esta ciudad, conforme al último censo de población formado en 1860, son 67.428, divididos en la forma siguiente: 59.950 establecidos y 7478 transeúntes.

2º- Que el número de fallecidos según el registro civil, asciende en el año último de 1870 a 3698.

Y 3º- Que en esta Ciudad existen 679 carros, 27 carruajes de cuatro ruedas y dos caballerías, otros 27 carruajes de cuatro ruedas y una caballería, y 47 carruajes de dos ruedas y una caballería. Y para que conste, libro la presente a petición del interesado y en virtud de acuerdo del Exmo. Ayuntamiento, en Zaragoza a veintidós de Diciembre de mil ochocientos setenta y uno”
El requerimiento, un tanto macabro, de conocer el número de fallecimientos y que incluso le proporcionasen la clase social de los finados, corresponde únicamente a la necesidad de Gómez Ruverte de hacer cuentas y números para su empresa ya que su idea era incluir un servicio de transporte de cadáveres al cementerio de Torrero.
En el acuerdo llegado con el Ayuntamiento, Gómez Ruverte se compromete a pagar cinco reales por carruaje y día que circule por las vías. Asimismo, establece unas “tarifas” para quien desee realizar el último viaje antes de recibir sepultura en el Cementerio de Torrero y que van desde la gratuidad a los que sean pobres de solemnidad, hasta las diez pesetas para carruaje de lujo.
Finalmente le es concedida la solicitud.
José Gómez Ruverte quiere instalar el tranvía en los siguientes recorridos según consta en la memoria del proyecto que presentó.
“Concretándonos a la ciudad de Zaragoza, el ferrocarril Americano que denominaremos tranvía partirá de uno de los puntos donde se encuentre local a propósito entre la Puerta del Sol y la Plaza de la Constitución u otro que la municipalidad designe y dirigiéndose a derecha e izquierda irá a salir a la Ronda por las puertas del Sol y de San Ildefonso, recorriendo las calles del Coso, Cerdán, Mercado y Antonio Pérez y al pasar por la Plaza de la Constitución bifurcará un ramal dirigiéndose a la Calle de la Independencia contigua a la acera de la izquierda y continuará por el mismo lado de la Carretera hasta el Puente de Santa Engracia y pasando por este hasta Torrero, cortando la línea de la Ronda que ha de recorrer todo el exterior de la ciudad y bifurcando un ramal para dirigirse por el Puente de Piedra a la Estación de Barcelona, otro al frente del cuartel de caballerías para las estaciones de Madrid y Navarra y otro por el Puente de San José para la de Escatrón y caso de que el municipio conceptúe conveniente una travesía por la Calle de Don Jaime 1º, se establecerá en la misma forma bifurcando frente a la Calle de Don Jaime 1º y empalmando en la Puerta del Ángel en el Camino de la Ronda con curvas a derecha e izquierda para poder marchar en ambas direcciones.”


Los problemas llegaron al inicio de los trabajos, puesto que la concesión que se le había adjudicado le daba permiso únicamente para invadir los caminos y vías comunales. Al parecer, el trazado irrumpe en zonas particulares y entra en conflicto con la administración que finalmente envía el caso al Ministerio de Fomento, donde desgraciadamente se pierde el rastro.
Además, para acabar de complicarse las cosas para Gómez de Ruverte, su socio con el cual había firmado una escritura de acuerdo para construir el tranvía, renuncia a dicho acuerdo y le abandona.
Así pues en 1871 se rozó la posibilidad del primer medio de transporte público en Zaragoza pero desafortunadamente no pudo llegar a materializarse.
Por Nieves García-Arilla Oliver y Alberto Alastruey

 

lunes, 22 de agosto de 2016

Las primeras solicitudes. Parte I. 1866


La historia del Tranvía de Zaragoza ha de comenzar con la historia de las concesiones que se solicitaron y que, siendo algunas otorgadas, e incluso llegando a iniciarse las obras, ni siquiera llegaron a funcionar. Esta historia plagada de anécdotas, curiosidades y golpes de destino, comienza en 1866 con la divertida propuesta que ocupa la entrada de hoy, la primera solicitud para instalar raíles dentro de la ciudad.
La primera de estas concesiones se produce en el año 1866 a nombre de D. Pascual Cejador.
Pascual Cejador y Lozano era agrimensor (según definición de la Rae, la Agrimensura es el Arte de medir las tierras) y agrónomo, padre de un escritor aragonés cuya vida relata José Luis Melero Rivas en su libro “El pintoresco y controvertido escritor Don Julio Cejador y Frauca: una aproximación a su vida y obra” y donde podemos leer alguna referencias a su persona:

Pascual Cejador y Lozano, era natural de la villa zaragozana de Ateca y pertenecía a la que tradicionalmente había sido la familia más rica del pueblo, aunque en esos momentos venida ya a menos pues "las muchísimas fincas de los abuelos, repartidas entre los hijos, se las había llevado la trampa", nos cuenta Cejador en sus memorias. A pesar de ello, de las paredes del caserón de sus abuelos, en la calle del Arrial Alto de Ateca, todavía colgaban antiguos cuadros con personajes ilustres de la familia, "entre ellos un obispo", que recordaban tiempos mejores. Su madre, Ana Frauca Belanzua, que había nacido en Tudela, bien podría proceder, como dice Del Arco, del valle de Broto, en la montaña aragonesa: todavía hoy subsiste Casa Frauca en Fragen y el apellido se ha conservado también en Sarvisé y Ayerbe de Broto.”

Pascual Cejador, que vivía en la calle de San Miguel nº 17, principal, cursa una instancia en 1866 solicitando”permiso para la colocación de un tramway combinado con un poliorama giratorio en el paseo glorieta de Sta. Engracia”.
En realidad, se trataba, de la instalación de un circuito de apenas 200 metros de vía de 60 cm de ancho, donde circularían unos carruajes para niños menores de doce años, tirados por dos machos cabríos.
Tenemos que agradecer a Pascual Cejador el que, como agrimensor y agrónomo, presentase un plano de situación y emplazamiento de la atracción y nos obsequie con algunos datos de la Zaragoza de entonces.

Plano a escala 1: 500. El trazado comprende una alineación de 166,5 metros hasta entrar en una circunferencia rodeada de árboles. Los radios son de 11 metros y la longitud total de la vía es de 235,58 metros. El ancho de la vía es 0,60 de raíl a raíl. Los raíles son de 10 mm de espesor y 22 centímetros de altura unidos a las traviesas por el sistema alemán. Las traviesas tienen una dimensión de 1,4x0,5x0,15.
Su situación; paseo glorieta de Santa Engracia, actual Plaza de Aragón, en el cuadrante situado entre las calles Albareda y Canfranc, por aquel entonces una extensión de tierra decorada con árboles cuya limitación física más importante era el pretil del río Huerva que iba a lo largo de lo que hoy en día es el Paseo de la Constitución por un lado y el parque de Ingenieros por el otro.   
Hay que señalar que de todos los proyectos encontrados en el Archivo Municipal, este es, sin lugar a dudas, el que mejor contenido tiene de todos ellos y eso que es una simple y llana atracción de feria. Incluso viene dibujada una sección del carril utilizado, que para el peso y velocidad que va a soportar, cumple perfectamente con su cometido aunque nos parezca de unas medidas ridículas. Por otra parte, ¿Qué era un poliorama? Según el diccionario de la Real Academia, se trata de una “especie de panorama en que la superposición progresiva de sus diversos cuadros permite transformaciones espectaculares ante el observador”.

 



Kiosko chino de planta octogonal y de 7 metros de diámetro, de los que 1,5 metros son de paso y tres para el poliorama, con dos puertas (entrada y salida). Este kiosko se encontraba en el centro de la circunferencia que formaba la vía.








































La concesión que solicita es por tres años, aduciendo que en un año no es posible realizarlo.
Inicialmente la propuesta cayó en saco roto, pues la comisión de la Policía urbana, que era la encargada del estudio de estos expedientes, señaló la inconveniencia de su situación de cara al público y sobre todo de la futura urbanización de la zona.
Sin embargo, la posterior sesión municipal en que se analiza la resolución de la Comisión de la Policía urbana, acuerda que se devuelva el expediente, estableciendo una serie de condiciones por parte del Ayuntamiento para su concesión. Asimismo, el Ayuntamiento solicita 1000 reales de vellón anuales. Que al cambio sería 1,5 €.
Por tanto, la Policía urbana vuelve a emitir un informe, en el que acuerda una serie de condiciones para la concesión de dicha atracción infantil:

-          1. Tramway y poliorama deben colocarse a la derecha, tal y como se ve en el plano.

-          2. Que el tranvía lo empuje un hombre y no vapor u otro tipo de fuerza.

-          3. El Ayuntamiento se reserva el derecho de quitar la concesión si fuera necesario o incomodase al público.

-          4. El pago de 1000 reales de vellón anuales.

Pascual Cejador accede a ellas, puntualizando que de aplicarse la condición 3ª, solicita que le sea concedido el trozo que hay junto al pretil del Huerva. Se remite el escrito a la Comisión de Policía Urbana quien deniega la petición.
La concesión es otorgada finalmente en noviembre de aquel año.
Hasta mayo del siguiente año, Pascual Cejador está inmerso en las obras para la colocación de la atracción infantil. Incluso al principio tiene que solicitar al Ayuntamiento que realice las oportunas gestiones para retirar parte de los escombros de la Puerta de Santa Engracia que estaban tirados en la zona de la concesión.
No se han consultado los periódicos de la época, pero sabemos que la atracción comienza a funcionar y que no es precisamente un éxito. El siguiente dato que encontramos es que ya en 1868 un carpintero y un cafetero que al parecer eran socios de Pascual Cejador, solicitan al Ayuntamiento la nueva adjudicación de la concesión después de que éste la haya retirado. Las razones aducidas para la renovación eran la próxima inauguración de la Exposición Aragonesa de aquel año, en la que veían una posibilidad de recuperar lo invertido en una empresa que había resultado un fracaso.
El Ayuntamiento contesta y alega que los terrenos donde estaba colocada la atracción van a ser ocupados en su totalidad por dicha Exposición Aragonesa, pero ofrece la posibilidad de elegir otros terrenos no ocupados mientras no haya otros concurrentes.
En este momento, el expediente finaliza, por lo que hace pensar que los solicitantes no vuelven a insistir en su idea de volver a colocar la atracción y se hacen cargo de las pérdidas que han tenido con su empresa.

Por Alberto Alastruey, Juan Antonio Peña y Nieves García-Arilla.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Hubert Vaffier y la Plaza del Mercado 1889.


Marie Hubert Vaffier fue un industrial francés nacido en 1835 y fallecido en 1897.

Al parecer, viajero y aventurero incansable, fue miembro del Club Alpino Francés y de la Sociedad Geográfica de París fundada en 1821, la más antigua de las sociedades geográficas del mundo.

Hubert Vaffier realizó varios viajes en los que recorrió África y Europa, pasando por países como Argelia (1886) y Túnez (1888),  así como por la Península Ibérica (1889). Durante el viaje por nuestro país visitó varias ciudades, entre ellas Zaragoza, tomando  fotografías que donaría a la  Sociedad Geográfica de París, cuyos fondos gestiona la Biblioteca Nacional de Francia.

Y la historia se repite, al igual que en los casos de René Ancely  y los  Levi et Cie, de los que ya hemos hablado aquí, nos encontramos con viajeros de origen francés que pasan por Zaragoza y que en sus fotografías inmortalizan una ciudad de otro tiempo, con sus tranvías, sus comercios, sus desaparecidas calles y sus desaparecidas gentes, y nos permiten imaginar y conocer.


Esta es la única foto que yo he podido ver, ojalá aparezcan otras similares, ya que la Biblioteca Nacional de Francia estaba inmersa en las labores de digitalización de esta colección, labores que desconozco si han concluido o siguen realizándose actualmente.

La fotografía nos pone delante una Zaragoza casi irreconocible y nos muestra una parte de la ciudad de la que hay muy pocas imágenes que daten de finales del XIX. La instantánea está tomada desde el inicio de la desaparecida Plaza del Mercado, en la cual se encuentra actualmente el Mercado Central, diseñado por el arquitecto Félix Navarro Pérez en 1895 (6 años después de esta fotografía y cuya construcción no finalizaría hasta 1903) para sustituir al tradicional mercado que se celebraba al aire libre y que es lo que podemos observar en la imagen.

Una plaza plagada de puestos a ambos lados, que era atravesada por la línea del tranvía construida en último lugar, conocida como línea Circunvalación.

La actual Avenida Cesar Augusto no era una calle única como lo es ahora si no que  tenía un bloque de casas en medio (que vemos en la imagen), que conformaba dos calles: Cerdán (que se ve en la imagen a la izquierda) y Escuelas Pías (a la derecha, pero que no se ve en la imagen, llamada así por la iglesia y el colegio Escolapio de principios del XVIII que aún hoy conocemos). Estas dos calles pervivieron hasta mediados del siglo XX, y  mucha gente aún las recuerda. Si nos situamos mentalmente dentro del Mercado central (teniendo a nuestras espaldas el río Ebro) estaremos situados en el centro de esta foto y veremos un tranvía de mulas aparecer proveniente de la calle Cerdán, en su discurrir por la Línea Circunvalación,  6º ramal, que habría acabado de pasar por el Coso por delante de la Audiencia Provincial y que tras atravesar esta concurrida plaza del Mercado, saldría ufano al Paseo del Ebro (actual Paseo Echegaray y Caballero).

El trazado original no contemplaba el paso del tranvía por la calle Cerdán, sino por la Calle Escuelas Pías, (más cercana al barrio de San Pablo) pero en 1887, exactamente en abril, se autorizó el cambio del trazado a solicitud de la Sociedad los Tranvías de Zaragoza porque en la calle Cerdán cabían un coche (de tranvía) y un carro, mientras Escuelas Pías por su estrechez no lo permitía.

 

En la imagen de Coyne, la calle del Coso, Fachada de la Audiencia Provincial e inicio de las calles Cerdán y Escuelas Pías, actualmente Avenida Cesar Augusto, si se fijan detenidamente podrán apreciar las vías de tranvía.

Por Nieves García-Arilla Oliver.

 

lunes, 8 de agosto de 2016

Notas para una Biografía de Modesto Torres Cervelló. Parte II. 1882-1896

Placa del despacho de ModestoTorres Cervelló donde se celebró la primera reunión de la Sociedad Los Tranvías de Zaragoza.


En 1881 habría ganado una plaza en el Cuerpo de Fieles Contrastes de pesas y medidas. Se trataba de un cuerpo facultativo del Estado para la implantación del sistema métrico en España dependiente de la Dirección General del Instituto Geográfico y estadístico, así pues habría desempeñado ese cargo en la Provincia de Zaragoza hasta su fallecimiento.

En 1882 tenemos constancia de una solicitud al municipio zaragozano para plantear la introducción de un ómnibus del sistema Rippert en la ciudad del que desconocemos el desenlace.

Por otra parte, de ese mismo año data la finalización de su proyecto para la implantación del primer tranvía de Zaragoza y su presentación en el Ministerio de Fomento:

“D. Modesto Torres Cervelló presenta en el ministerio de fomento otro proyecto de tranvía cuyos estudios está a punto de terminar, que comprende una línea directa entre la estación de Barcelona (sita en el arrabal) y la playa de Torrero, atravesando Zaragoza por Don Jaime e Independencia”

1883 y 1884 resultan ser años de gran actividad para Torres Cervelló.  Tenemos varias informaciones de diversa índole, como la de su participación en congresos y reuniones como miembro de la RSEAAP junto a Marceliano Isabal. Entre estas estarían las reuniones de la Comisión de reformas sociales de Zaragoza, Institución interesada por la mejora y el bienestar de las clases obreras  en España, que nace promovida por Segismundo Moret. En Zaragoza  los primeros pasos se dan en agosto de 1884 a raíz de la publicación en el Boletín Oficial de la Provincia  de unas circulares del gobernador dirigidas a propietarios de fincas rústicas, propietarios de fincas urbanas, industriales y comerciantes, convocándoles para una reunión a mediados de mes, con el objeto de designar  a los miembros de la Comisión zaragozana.

El 17 de octubre de 1884, en la Gaceta de Madrid se anuncia la subasta del tranvía interior y afueras de Zaragoza. La red debería tener 6 líneas, comenzando todas en la plaza de la Constitución, actual plaza de España. La concesión, para 60 años, se aprobó a nombre de Modesto Torres Cervelló, que impulsó la creación de la Sociedad de los Tranvías de Zaragoza entre cuyos accionistas se encontraban ilustres políticos, empresarios y personalidades de la época como Basilio Paraíso, Desiderio de la Escosura, Joaquín Gil Berges, Marceliano Isábal y también su suegro Mariano Martínez y cuya primera sesión se celebró en su casa a las 18 horas del día 05 de agosto de 1885.

Solo dos meses después de su primera sesión como Sociedad de Tranvías de Zaragoza, el tranvía de mulas zaragozano realizaba su viaje inaugural partiendo de la Plaza Constitución con destino a la II Exposición Aragonesa de Productos de la Agricultura, de la Industria, y de las Artes, en el edificio del nuevo matadero. La Muestra fue impulsada por la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del país de la cual Modesto Torres Cervelló era por aquel entonces secretario.

El 13 de junio de 1886, se publicó un Real Decreto que devolvía a manos privadas la iniciativa de la creación de redes telefónicas. La subasta de la Red de Zaragoza se anunció para el 9 de septiembre de 1886 y se presentó una proposición a nombre de Modesto Torres Cervelló que ofrecía al estado el 10.35% de la recaudación total, aunque finalmente fue adjudicada a Cándido López Salas, que ofrecía el 20%.

El 15 de diciembre de 1888 aparece en la Gaceta de Madrid una instancia y proyecto presentados a la Dirección Gral. de obras públicas por Modesto Torres Cervelló solicitando la concesión de un tranvía con motor de vapor que transcurriría desde la Estación de Barcelona hasta el puente de Santa Isabel sobre el Río Gállego, utilizando parte de la carretera de primer orden de Madrid a Francia por la Junquera. Poca información más tenemos por el momento de dicha propuesta, más allá de un legajo con las tarifas.

En 1890 Torres Cervelló dimite de su cargo como Director Gerente de la Sociedad Los Tranvías de Zaragoza, aduciendo problemas  de salud, desvinculándose así de un proyecto en el que invirtió un gran esfuerzo y que ocupó casi 10 años de su vida.

Desde 1894 hasta su fallecimiento el 4 de febrero de 1896, a los 58 años de edad, es editor y propietario de la “Revista Métrica y de intereses materiales” canal de comunicación de los fieles contrastes de pesas y medidas, de la cual se conservan ejemplares en el centro metrológico nacional y que fueron estudiadas por D. José Vicente Aznar para su tesis doctoral sobre la Unificación de los pesos y medidas.



Revista Métrica y de intereses materiales Nº 12
 

 Por Nieves García-Arilla Oliver.

lunes, 1 de agosto de 2016

Notas para una Biografía de Modesto Torres Cervelló. Parte I, 1838-1879.


 
Modesto Torres Cervelló 1838-1896.


Nace en Alberique (provincia de Valencia) el 11 de marzo de 1838, hijo de Josefa Cervelló y de Modesto Torres. Sabemos que tenía al menos una hermana.

Con 22 años, el 28/09/1860 se matricula en la Facultad de Ciencias en Madrid, ciudad en la que vivirá los siguientes 7 años, teniendo su domicilio en la calle de Gitano nº3 cuarto 3, (más conocido como el callejón de los gitanos) actual calle de Arlaban, en el madrileño barrio de las letras. De esta época estudiantil dataría su amistad con el compositor y pianista navarro Dámaso Zabalza, quien le dedicaría su polka “El Cometa”, pieza que ha sido grabada recientemente por el pianista zaragozano Pablo Contreras en su disco editado este año 2016.

Carátula de la composición para piano de D. Zabalza quien fuera profesor de piano del conservatorio de Madrid.
 
 
 
https://www.youtube.com/watch?v=HnCEKDEUFXk

















En 1861 se titula en Ingeniería (especialidad química) en el Real Instituto Industrial en Madrid.

El 28/10/1867  La Dirección General  de Instrucción pública decide nombrarlo Auxiliar de las cátedras correspondientes a la sección de ciencias del Instituto de Jerez,  con un sueldo anual de 900 escudos, pero no llegará a tomar posesión del cargo por enfermedad.

El primer dato que tenemos de su presencia en Zaragoza es del 01/02/1868, en su propuesta como socio de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País:

 Los que suscriben tiene el honor de proponer a la Sociedad como individuo de ella en clase de socio residente al Sr. Modesto Torres y Cervelló, Ingeniero Industrial vecino de esta ciudad Calle de Jaime I nº- el cual reúne las circunstancias exigidas por los estatutos de la misma.”

El 13/03/1868 se aprueba la admisión como socio residente de la RSEAAP, donde será miembro de la Junta de Agricultura, Industria y Comercio de dicha sociedad.

Poco después habría contraído matrimonio con Doña María Martínez Salazar, natural de La Almunia, hija de Mariano Martínez García y de Lucía Salazar conocida en la sociedad de la época como “La Tubau”. Juan Moneva y Pujol en sus Memorias, editadas en Zaragoza en 1952, hacía la siguiente referencia: “La Tubau, de mote local, mote laudatorio, pues con él expresaba la buena sociedad zaragozana que aquella señora era elegante de porte y trato como la mejor actriz de la escena española de entonces “. María habría estudiado interna en un colegio en Olorón Sainte Marie, por lo que era bilingüe.

Establecieron su domicilio familiar en el Coso 75-79 esquina con la Calle del Romero, actual Pardo Sastrón y de este matrimonio nacerían sus cuatro hijas: Emilia Torres Martínez, Adelina Torres Martínez, Débora Torres Martínez y Pilar Torres Martínez.



María Martínez Salazar
María Martínez Salazar con su hija Emilia


 
Encontramos en 1872 una referencia en el Diario El Imparcial acerca de la renuncia a la cátedra de química  que desempeñaba  en la Universidad de Zaragoza. De esta renuncia no se tienen por ahora más noticias, quizá por tratarse de la Facultad de Ciencias "libre" de la Universidad de Zaragoza, sostenida por la Diputación y el Ayuntamiento de la ciudad,  surgida en el Sexenio Revolucionario, tal y como apuntaba Don Manuel Silva en la breve reseña biográfica que incluyó sobre el personaje en su última publicación “El ochocientos: de las profundidades a las alturas”

En 1873, Mariano Royo Urieta propone a la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País crear una Caja de Ahorros. El 28 de enero de ese mismo año, la entidad es fundada y aprobada por Real Orden, pero no será hasta el 28 de mayo de 1876 cuando inicie sus actividades desde el mismo edificio de la Real Sociedad Aragonesa de Amigos del País, el 18/04/1873 (fecha de la publicación en el Heraldo de Aragón) Modesto Torres Cervelló es nombrado vocal suplente de la Junta de gobierno de la Caja de ahorros y Monte de piedad.

En 1874 tenemos constancia de su solicitud de establecimiento de un centro de contratación con almacenes anexos, sito en la calle 5 de Marzo, que intentaría dar una solución práctica a la precaria situación que atravesaban tanto el comercio como la agricultura en toda la provincia, ya desde principios de siglo.  Este centro de contratación, para el que parece que no llegó a obtener la autorización municipal, constaría de unas oficinas y unos almacenes de depósito anexos y tendría el objetivo de “facilitar las operaciones de compra venta de los artículos por medio de la diaria reunión de los comerciantes en una hora dada del día, que permita a los labradores y aun a estos mismos comerciantes detener cuando les convenga sus ventas por medio de la pignoración de los depósitos” planteando así una suerte de protocooperativa.

En 1878 y 1879 encontramos varios anuncios en periódicos de la época referentes a una fábrica de fósforos y bugías en estearina y parafina sita en la Calle 5 de marzo nº5,  de la cual era propietario.


Imagen de una cajita de fósforos de la denominada Fábrica de Bujías El Cometa, sita en 5 de marzo, fue subastaba en Todocolección en el año 2010. Probablemente sea el último vestigio físico de la existencia de dicha fábrica.





Anuncio de la Fábrica de bujías El Cometa publicado en la prensa en 1878

Por Nieves García-Arilla Oliver.