viernes, 1 de julio de 2016

El invierno de 1889, el viaje de Levy et Cie

4 años llevaban circulando los tranvías por las calles zaragozanas cuando, en el invierno de 1889, varios operarios de la empresa fotográfica francesa afincada en París J. Levy et Cie, con motivo de un viaje por la Península, hicieron una parada en Zaragoza. Aquí, habrían tomado instantáneas de la ciudad de una calidad excepcional, que nos han permitido poder observar detalles de la Zaragoza de las postrimerías del siglo XIX, de sus calles, de sus gentes y de sus tranvías.

Gracias al investigador de la ARAID José Antonio Hernández Latas, y a su estudio que culminaba en la Muestra de Fotografías Históricas celebrada entre mayo y agosto de 2012  en el Palacio de la Aljafería, y que tuvo por  título  “Zaragoza en la Mirada ajena”, se expusieron las instantáneas zaragozanas  que se conservaban en el Archivo Roger-Viollet de París.

Al parecer estos fotógrafos usaron una nueva emulsión: la placa de gelatino-bromuro. Este procedimiento fotográfico creado por R.L Maddox en 1871 y mejorado en 1878 por Bennett, desplazó a partir de 1882 al procedimiento conocido como colodión húmedo, que se había usado hasta entonces.

Este nuevo procedimiento  posibilitaba el transporte del soporte (una placa de vidrio)  y permitía  impresionar la placa en cualquier momento, así como  conservarla para su revelado en el laboratorio. Además  al contener mayor cantidad de nitrato de plata, la luz impresionaba las imágenes en un tiempo mucho  menor que el necesario con las técnicas anteriores, de tal forma que eran capaces de fijar las imágenes de objetos y personajes en movimiento.

Ésta es la gran aportación que encontramos en la serie de imágenes de Lévy. De pronto, las ciudades tranquilas, estáticas y monumentales que nos han mostrado los pioneros fotógrafos de décadas anteriores, cobran vida: transeúntes, carros,  gentes… sorprendidos en su quehacer cotidiano.


Cada una de las tres imágenes con las que ilustro este post representan un documento gráfico excepcional; dos de ellas son imágenes de la antigua Plaza Constitución (actual Plaza España).


La primera es una vista tomada desde la Calle Mártires, la conocida entrada al Tubo zaragozano, en la que se puede observar en primer término la desaparecida fuente de Neptuno, inspirada en la madrileña, que abasteció de agua a la ciudad hasta su desmontaje en 1902, y posterior traslado al Parque Grande, donde aún hoy se puede contemplar. Si observan con atención podrán distinguir a la derecha, apenas embocando las primeras arcadas del moderno Paseo de la Independencia, que un tranvía de mulas deja atrás la plaza camino de Torrero o de la Estación de Madrid, por el lateral derecho de la Calle Independencia.



La segunda imagen, también de la Plaza Constitución, estaría tomada casi desde el mismo punto que la anterior pero esta vez girando la cámara hacia la derecha, obteniendo así una privilegiada vista del edificio de la Diputación Provincial. Viniendo hacia nosotros proveniente quizá del Camino de Torrero o la calle Cádiz, vemos un tranvía, y alejándose (a la derecha de la imagen) otro, comenzando el tramo de Circunvalación que recorría el Coso pasando frente a la Audiencia Provincial y que se adentraba después por la desaparecida calle Cerdán hacia el bullicioso Mercado, para más tarde acceder al despejado Paseo del Ebro (actualmente Paseo Echegaray) y enlazar con el otro tramo de la línea circunvalación en el Puente de Piedra.



Por último la tercera imagen nos ofrece información muy interesante acerca del paso del tranvía de mulas por la calle Don Jaime, dejando atrás el Puente de Piedra, circulando por delante del lateral de la Lonja, edificio renacentista construido en el siglo XVI y a juzgar por los andamios, en reformas en ese año 1889. Me atrevería aseverar que se trata del tranvía nº 13 y no querría terminar este post sin aludir a la publicidad en la parte superior, porque si, aunque parezca extraño estos tranvías eran un medio muy celebrado para publicitarse, tal y como lo reflejan las constantes alusiones que en las Actas de la Sociedad Los Tranvías de Zaragoza se hacen a peticiones de comerciantes para disponer sus anuncios en tan moderno medio.

Por Nieves García-Arilla Oliver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario